BUENOS AIRES.-El hombre del día en Italia es el senador italoargentino Luigi Pallaro, 80. Su voto fue decisivo en la Cámara alta para que el primer ministro Romano Prodi lograra el miércoles por la noche el voto de confianza en ese recinto.

Ayer recibió una curiosa consagración. Se lo vio en el dibujo satírico de la primera página del Corriere della Sera, vestido de gaucho, empujando el lento coche del gobierno que maneja Prodi. El chiste fue titulado "Autosuficiencia".

Pallaro sonríe a Clarín en su despacho frente al palacio Madama, sede del Senado. Y reconoce que sí, que vio en Buenos Aires antes de venir a Roma, en la Casa Rosada, al jefe del Gabinete, Alberto Fernández.

Su decisión de apoyar a Prodi tras opinar primero que "no" y después que "sí", que votaría la confianza, desató una tormenta contra él por parte de las derechas de la oposición que lidera el ex premier Silvio Berlusconi.

Entre otras cosas lo acusaron de haber cedido a las presiones combinadas de Prodi y del presidente argentino Néstor Kirchner, a través del jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

"No es cierto que hablé hace dos días con Fernández por teléfono", explicó Pallaro. Detrás de él se ven las grandes estatuas de la vecina iglesia de San Luigi dei Francesi, que alberga uno de los mejores cuadros del Caravaggio.

Pero reconoce que vio al jefe del Gabinete "en la Casa Rosada, hace una semana, antes de volver a Roma", explicó.

"No es cierto que recibí presio nes de Kirchner. Nadie me ha presionado ni medio gramo. Con Alberto Fernández hablamos de la situación italiana y de cómo mejorar las relaciones entre los dos países, nada más", sostuvo.

Pallaro se autodefine un democristiano "de toda la vida". Explica que "eso no quiere decir que aunque sea un empresario, un industrial, yo esté obligado a inclinarme hacia la derecha".

Insistió por enésima vez que su misión como senador independiente elegido por el amplio distrito sudamericano, en especial por los residentes italianos en la Argentina, "es trabajar por ellos, defender sus derechos y necesidades".

Tras haber leído algunas notas en los diarios, poco amigas con los italianos en el exterior, que, afirmaron, "votan y eligen, pero no pagan los impuestos en Italia", Pallaro recordó ante Clarín: "Nosotros no somos debitores, somos creditores. En los diez años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, cuando en Italia la situación era muy difícil, de los emigrantes en otros países llegaron 30 mil millones de dólares".

"Tanto dinero sirvió mucho para que Italia se recuperara. Esto hay que recordarlo". Agregó: "Tenemos derecho a la misma dignidad que dimos a nuestros hermanos en Italia en tiempos difíciles. No nos han hecho ningún regalo dándonos el voto y el derecho a elegir representantes"

"¿Vio a Berlusconi?", preguntó el político a Clarín. Y siguió: "El lunes pasado, apenas volví a Roma, me entrevisté con el premier Romano Prodi y el martes con Silvio Berlusconi, el jefe de la oposición. Con ambos el encuentro fue muy cordial".

Pallaro habla bien del ex primer ministro conservador. "Tiene muchos méritos. Gobernó bien durante cinco años. Le expliqué en detalle mi posición y hablamos de los italianos en el exterior. Le dije que para nosotros es necesaria una gran colaboración de las coaliciones de centroderecha y centroizquierda".

Para el senador italoargentino es necesario "evitar el salto en el vacío. Seguiré apoyando a Prodi, porque no voto contra el poder. Pero lo haré según cada caso, no le doy cheques en blanco a nadie".